Un día papá zanahoria le dijo a su hijo zanahoria:
Papá zanahoria.- Hijo, tienes que saber que llega un momento en la vida, en el cual ya nada tiene sentido, pierdes la esperanza, y el seguir aquí solo alarga una existencia condenada a hacerse pachichi y terminar en la basura... y ahora, hijo, sólo queda tirarme a las aspas de la maquinita que hace jugos.
Cerró la puerta y nunca regresó.