25.7.08

Aprendizaje místico

Hay momentos-situaciones que uno encuentra o lo encuentran a uno en la vida, los cuales están ahí sólo para probarse, para mostrar su existencia y son tal vez oportunidades únicas que si uno deja pasar está bien, no sucede nada, la vida sigue sin verse afectada realmente. Pero si uno decide tomarlos, dejarse llevar o simplemente ver de lejos, apartado, pero presente, tampoco peligra la existencia, son tan sutiles que ningún daño pueden hacer.

Con una de esas situaciones me encontré hace algunos días. La sopesé y decidí intentar, arriesgarme a nada, tal vez arriesgarme a aprender. Y en efecto, cuando salí de ése lugar, cuál fue mi sorpresa al darme cuenta que había respondido algo que durante mucho tiempo había rondado por mi cabeza, dando vueltas e incluso algunas veces sin dejarme dormir. Salí contento, más bien satisfecho conmigo mismo porque por fin después de tanto tiempo alcancé a comprender porqué los jipis no se bañan, y es por un motivo bastante simple y tal vez obvio para algunos que están más cercanos a sus ondas: los jipis no se bañan porque sino no fluye la energía y más bien el agua se lleva su energía y bla bla bla chaireses, juar.

(Pinchis jipis puercos)