4.7.08

Pero luego es distinto

Yo no creo en el amor. Debe ser una cuestión de contexto.

Yo no creo en las manos más allá de mi soledad, en las voces que son dulces, por un tiempo, por un rato. Pero no las creo justo ya que han callado.

Y ahora comprendo a la gente que quiere quedarse con alguien por siempre, o algo así, si es posible, tener esa seguridad, esa constancia de un amor mínimo, por compromiso, pero un amor respaldándoles a lo largo del día.