Hubo un tiempo en que yo las creía sensuales, creí que, al menos, sabían eso. Sí, sí, no van más allá de la piel. Ninguna de ellas vale un gramo de droga.
El hecho es que les falta vida interior, libertad. Por eso van siempre detrás de alguien que no encuentran. Las más interesantes con las desesperadas, las que no saben gozar... No las satisface nigún hombre. Son verdaderas femmes damnées.
No, en los trenes, en los hoteles, por el mundo. En las mejores familias. Las mujeres encerradas en un convento, en una pensión, es que han encontrado un amante, el dios al que ruegan o el hombre que han matado. No las deja un momento y ellas están en paz.
Al hombre se le conoce por las mujeres que soporta.
-El diablo sobre las colinas
De Londres a Santiago, a Medellín, por Huaraz; de Cesare Pavese a Houllebecq. E Italia? No sé en qué orden. Hallando de algún modo, por pedazos.