Otro día, íbamos a reírnos. No sé de qué, no sé de quién. Íbamos a caminar harto. Hablaríamos de algo, y haríamos esos hermosos silencios, esos que tan bien nos salían. Haríamos todo, el día sería de lo que se nos antojara aunque improvisáramos. Y luego las seminoches de las piezas, la pieza, no sé qué pieza.
La verdad nunca tuve los detalles de ese día que tuvimos y tendríamos.
Y era un buen día.