23.12.08

tierras extrañas

(extrañas por nuevas, y no nuevas por extrañas)

Era yo, y pensé en ese incidente nimio y redordé cómo Meursault hacía notar de forma semejante (nimia, y no) algo semejante (, y no):
"La ayudé a subir a una balsa, y rocé sus senos en ese movimiento."
Rozar sus senos, en un gesto cualquiera, no tiene importancia. Sí, así, propiamente nada pasa. Pero ambas partes, por un momento que viene un poco después de tal contacto, ya sea en una soledad entre la multitud o una soledad un poco más de verdad, se preguntan qué pasó, qué no pasa, por qué. Porque todo contacto entre ambos puede ser dulce, aunque nadie sabe ya nada ni entiende nada, y se paraliza y no sabe decir.

Y a quién le amarga un dulce?
Y esperar.