Hace tiempo me pasó algo que hasta ahora, después de reflexionar diariamente durante 10 horas seguidas sin parar, y luego de haber leido bien-harta-filosofía-bien-requete-profunda, lo puedo decribir con una bella metáfora:
Yo era MarioBros y tenía el honguito que me hacía grande, entonces iba por la vida cuidándome de cuánto enemigo pudiera salir en el camino, aplastándolos sin compasión. Pero dije un día, no Mario, debo cambiar porque no todos son enemigos, entonces me eché a correr viendo que el final del nivel estaba cerca y plam! que de repente sin decir agua-va me cae un bloque de piedra con cara y todo, y pus que me hace chiquito y me apendeja, y que digo: no, pus ya valió todo, no voy a pasar este nivel, pero como estaba con el hongo-agrandador pus tuve una segunda oportunidad y seguí mi camino.
Tan-tan
P.d. Cuídense de esos pinches bloques de piedra, no se vayan por las apariencias, y recuerden siempre buscar hongos o madres que los hagan más fuertes.
