Estimado público, creo que estarán de acuerdo en que no hay mejor manera de celebrar la propia mexicanez que agarrar un domingo, ir al zócalo, ver la ceremonia donde bajan la bandera y, por supuesto, comerse un choripán.
Y eso es lo que precisamente el equipo deste blog hizo este domingo pa celebrar el regreso de Xairo a su segunda patria. Ah, pero usted se preguntará qué es un choripán. Muy fácil, es un platisho arxentino que consiste en ser... una torta de chorizo, con chimichurri, faltaba-más.
Y ps nada, la ceremonia estuvo rebonita y nos sentimos rebien patriotas, una experiencia autogratificante y muy recomendable para cualquier día de la semana, de preferencia en ayunas.